Sandra Nakamura / Indeterminable Exactitud de una Lejanía

El día en que se inaugura esta exposición coincide con el aniversario del terremoto de 1985, un detalle que le fue imposible ignorar a Sandra Nakamura durante su proceso de creación. Así, la artista investigó la memoria inscrita en el suelo de la Ciudad de México en un afán por comprender (a distancia) un lugar en el que nunca ha estado. Para Juan Villoro, la memoria del agua es un elemento imprescindible del imaginario de la Ciudad de México. Por ello, la capital del país, sostiene el escritor mexicano, puede ser considerada una cuenca navegable sobre la que circulan automóviles. Su descripción de la ciudad como un “lago implícito” sintetiza los procesos que han transformado agresivamente su topografía al mismo tiempo que han dado forma a la memoria acuosa de su suelo. Las obras que conforman esta exposición tomaron como punto de partida fotografías de archivo, testimonios de sobrevivientes, reportes sismológicos y mapas topográficos. Asimismo, rescatan la imagen del agua que se encuentra en el suelo para sugerir un cambio, haciendo referencia al instante en el que, según el sismólogo Cinna Lomnitz, la Ciudad de México volvió a ser un lago.