Muros de piedras en el campo, mojones en montañas, pirámides y dólmenes, santuarios e ídolos, iglesias, sinagogas y mezquitas, tantas piedras talladas o simplemente acumuladas y apiladas entran en el campo de vista de cada uno en cualquier lugar del mundo. Muchos niños recolectan piedritas que guardan como tesoros. Tenía la costumbre de poner en mi bolsa una piedra recuperada en el fondo de los abismos que exploraba. Las piedras son testigos mudos que cuentan la geomorfología del planeta, de la cocción de sus elementos minerales a lo largo de sus 4 billones y medio de historia. Guardan la memoria de tiempos antiguos cuando el sol no era negro pero un reflejo o más bien una réplica del astro luminoso que sigue calentando nuestras vidas.
Descubrí el significado del sol negro mencionado por Antonin Artaud leyendo el relato que hizo David Herbert Richards Lawrence del baile de la serpiente actuado por los Hopis al cual asistió en 1924 en Arizona. El sol negro es el centro incandescente de la tierra privado de acceso a la luz desde que se formaron las primeras costras continentales hace 4 billones de años. Cada siguiente etapa de la formación de la tierra dejo unas rocas que son testigos de épocas antediluvianas, relicarios.
Lo mineral es la materia prima de la obra de Perla Krauze que recolecta diferentes tipos de piedras donde la lleva su insaciable curiosidad. Piedras reales, talladas o no, participan en sus entornos inventados. Muchas obras son escenarios para muro o piso diseñados para poner en escena piedras cuadradas y otras excéntricas. Una de las técnicas utilizadas de forma recurrente por Krauze para producir sus pinturas es la del frottage con la cual registra el trabajo de herramientas para cortar piedras o la propia textura de rocas rugosas. Los lienzos tensados y clavados sobre bastidores ofrecen el aspecto de retículas irregulares o de mapas. Otra técnica consiste en levantar el molde de superficies rocosas directamente en el lugar donde se encuentran. Tuve el privilegio de asistir a una de estas operaciones específicas de registro volumétrico el 27 de abril de 2021 en un camellón del Pedregal de San Ángel. El sujeto era un trozo de lava petrificada. El resultado una resina negra que da la ilusión de ser real aunque podemos enterarnos de lo falso sin tener que tocar haciendo la vuelta de la escultura y observándola por darse cuenta que el verso es idéntico al recto, algo siendo imposible en la naturaleza.
Espejos de agua, hojas de plomo y de aluminio fundido participan a la creación de esta nueva naturaleza muerta tridimensional en la cual se convierte la mayoría de las reuniones de obras de Perla Krauze.
-Michel Blancsubé
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